Un fin de semana largo de BTT que hemos tenido, todo por culpa da La Rioja Bike Race. Prueba por etapas, 3 concretamente, que se celebraba en mi segundo hogar La Rioja. Pero en La Rioja desconocida para muchos y que seguramente sorprendió a más de uno.
El viernes se celebro la primera etapa, una etapa de 55 km y poco más de 1200 metros de desnivel, una etapa corta y rápida. Se da la salida y parece que han avisado que se acaba el mundo porque todos salen como balas, el ritmo es de locura. Mucha pista rápida hasta llegar a Daroca y comenzar la subida a Moncalvillo. La gente sigue como loca hasta subiendo eso si muchos ponen pie a tierra a la mínima que les patina un poco la rueda. La subida termina justo en el cruce de la senda de descenso de la Neveras, solo catamos las mitad de esta senda, el resto lo dejamos para el ultimo día. Llegamos a Sojuela de nuevo pista y a volar, hasta la trampa que nos va acompañar todos los días, los últimos 10 kilómetros mas o menos son comunes en todas la etapas e incluyen una senda entre pinos que te golpean a traición, con un terrenos seco y rodadas imposibles, una locura que además tendríamos que pasar los tres días. Pero bueno terminamos la primera etapa enteros.
Sábado sobre el papel era la etapa más dura y divertida con unos datos de 64,7 Km y 1.866 m de desnivel. A mí no me defraudo. Se sale como siempre a mil y se sigue a ese ritmo hasta Alberite donde la cosa se empina un poco. Vamos subiendo camino de Clavijo, con algún que otro descenso algo peligroso. La subida termina cerca de Luezas donde cogemos la bajada de Senda Bonita, una senda técnica, peligrosa pero a su vez espectacular. Para disfrutarla pero no con un dorsal. Después de la senda subimos un poco más y ya cogemos un descenso rápido hacia Nalda, terreno muy seco donde cualquier error se paga. A partir de aquí a volar hacia meta, eso si antes de ella nos volvemos a dar unos cascoporros con los pinos en la trampa final.
Domingo última etapa 80,23 Km y 2.153 m de desnivel nos esperaban. La novedad en la salida era que partíamos desde el Ayuntamiento de Logroño y no del palacio de deportes. Otra vez se volaba de salida y esta vez se iba a ritmo loco hasta Viguera, ahí comenzaban las primeras rampas, sobre todo la del propio pueblo. Poco después comenzamos el tramo de senda por la calzada romana, tramo divertido con continuos sube y bajas, zonas de todo tipo que no lleva hasta Torrecilla En Cameros donde comienza una larga subida la cual conocía de los tiempos en que se realizaba la Extreme Cameros. Muchos kilómetros de subida y mucho calor hasta Moncalvillo, donde comenzamos el descenso de la senda de las neveras esta vez en su versión extendida. Los brazos acaban destrozados pero ya solo queda un regreso a Logroño bastante directo por pista, eso si había que despedirse de los pinos, cada día golpean mas fuerte los jodidos. Por fin cruzamos la meta y esto se acaba.
Me habría gustado llegar en un mejor estado de forma a esta prueba pero no ha podido ser, hemos hecho lo que el cuerpo nos ha dejado que no es poco porque al final el balance es bastante bueno. Pena que en la última etapa también la mecánica me jugase una mala pasada con un disco trasero doblado que me iba continuamente frenando pero son cosas del oficio. Una prueba por etapas espectacular y recorriendo parajes para disfrutar con mochila y bocata. También ha sido bonito rencontrarme con toda la familia de Polar que tan bien me cuido en Andalucía y en especial con mi compi Ruben Glera Dañobeitia, un crack dentro y fuera. Vamos equipooooooo.
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